¿Por qué no morir en tus brazos?
Lo haría hoy, mañana, nunca
siempre, cuando quisieras.
Si me extrañaras
allí mismo estaría,
no te preocupes…
Sé lo que debo hacer
esperar y ¿qué hay?
¿De malo qué podría pasar?
Ya estoy acostumbrada a este peso
sobre mis hombros.
Por la sonrisa
y lo mucho que es el dolor,
podés intuir que me gusta.
Si destella mi mirar más
que cualquier luz.
Es que sos vos.
Así que mejor que sea rápido,
que veas y desistas…
¡Puedo contagiarte mi delirio!
Que lo sientas en cada célula
que te lo quedes…
Sólo te advierto
que no tengo el antídoto.